Había una vez una gran
estrella que vivía triste y sola. Lloraba todos los días porque le daba miedo
la oscuridad, y era ella quien debía alumbrar el cielo. Pero cuanto mas lloraba, mas se apagaba y mas miedo
tenía. Los barcos se perdían en la oscuridad, pues se guiaban por las
estrellas, y a una que faltara, el cielo cambiaba. Pero la pobre estrella no
podía hacer nada, estaba muy agobiada. Tanto lloró, que la gran estrella se fue
haciendo pequeña, porque sus lágrimas se escapaban de sus ojos para llenar los
ríos. Ella nunca entendió porque los humanos lo llamaban lluvia, menudo nombre
mas feo a sus lagrimas. Además, se iba deshaciendo lentamente, mas a cada giro
del sol, que indicaba el paso del tiempo. Al acercarse al sol, sentía calor,
pero la oscuridad y el miedo desaparecían. Tanto se acercó, que pequeños
cachitos de ella comenzaron a caer al planeta azul. Tampoco entendía porque
llamaban a eso meteoritos, si claramente se veía que eran fragmentos de una
estrella. Con el paso de los días, fue pareciéndose mas a un queso Gruyere,
llenita de agujeros, asique la sabia Luna, preocupada, decidió hablar con ella:
-Estrellita, tienes que
alumbrar el cielo, para que los barcos cuando naveguen por el mar no se
pierdan.
-Ya lo se Luna, pero
tengo mucho miedo a la oscuridad.- respondió con voz temblorosa.
-Debes confiar en ti
misma estrellita, y creo que se el modo. –le comentó sonriente la Luna.
La luna ató un lado de una
fina cuerda a una de las puntas de la estrella, y la otra la agarro ella
fuerte. Vivieron juntas meses, y en ese tiempo la estrella hizo desaparecer sus
agujeros, comenzó a brillar por si sola y se hizo mas grande. Todo gracias a la
potente luz de la Luna, que le regaló la confianza que necesitaba. Cuando la
estrella estaba preciosa, la Luna le dijo:
-Ahora que ya eres fuerte
y brillante, puedo dejarte marchar, pues ya estás sana y como tienes luz
propia, no volverás a tener miedo a la oscuridad.
La Luna, soltó la
cuerdita que la unía a la estrella y la dejo ir, segura de que volvería a guiar
a los barcos tan bien como antes.
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